sábado, 15 de mayo de 2010

El origen de la colectividad y la Iglesia Reformada - Tres Arroyos

04/01/2010| El origen de la colectividad y la Iglesia Reformada
Hace 120 años llegaron los primeros inmigrantes holandeses
Escribe Pedro Ouwerkerk

En este aniversario quería recordar y de alguna manera homenajear a nuestros abuelos que llegaron hace 120 años a la Argentina, más precisamente a la zona de Micaela Cascallares (Tres Arroyos) y con ella vaya también el reconocimiento a los padres, abuelos, bisabuelos de muchos que hoy integran nuestras iglesias, Colegio Holandés, Cooperativa Alfa, Hogar El Atardecer, y otras instituciones; y también a nuestros padres, que vinieron más de 30 años después y a otros que inmigraron más tarde, pero que de una u otra manera han integrado nuestra comunidad y han entregado su fuerza, conocimientos, sudor y lágrimas en pos del bienestar general y que apoyados por su fe han dejado buen rastro.
Según el libro sobre la historia de la inmigración holandesa en la Argentina y los orígenes del movimiento reformado, editado por el pastor Gerardo C.C. Oberman, a partir de la página 183 vemos que en los años 1889 y 1890 arribaron 249 inmigrantes holandeses y belgas, (40 familias) a la zona de Tres Arroyos y Micaela Cascallares (entre ellos mis abuelos maternos y los de mi esposa) y que en algunos hogares se reunían para compartir la lectura de la Biblia. Algunos apellidos eran: Banninga, Blom, Dekker, De Vries, Ebbens, Eveleens, Hemkes, Jansen, Kalle, Kerkhoff, Klink, Kloosterman, Knollinger, Minaar, Lehman, Noordermeer, Otto, Pluis, Smid, van Dam, van der Molen, van Dijk, van der Ploeg, van Waarde, Verdonschot, Visbeek, Wisse, Zijlstra, Zwadig.
En la página 185: en 1905-1906 algunas familias holandesas de esa primera inmigración comienzan a reunirse en hogares en la zona de San Cayetano.
El 27 de abril de 1908 se instituye la Iglesia Reformada en Tres Arroyos con sólo 17 miembros (en el año 2008 celebramos los primeros 100 años).
Página 186: en 1910 llega al país el pastor A. C. Sonneveld, que pastoreó nuestras iglesias en distintos partes del país (padre de nuestra convecina Corrie S. de Verkuyl, fallecida en 2009 a los 100 años de edad).
Página 187: en 1913 llega a Tres Arroyos el maestro, que luego también sería pastor, Sjouke Rijper. Este maestro abre la escuela holandesa el 13 de marzo de 1913 (pronto se cumplirán 100 años); ya anteriormente a esto, en la chacra de don Diego Zijlstra, su esposa Adelaida dictaba clases al vecindario.
Página 189: en el año 1923 comienza a llegar una nueva oleada de inmigrantes holandeses (entre ellos mi padre Juan Ouwerkerk). De ese grupo recordamos a los apellidos Bruines, Bakker, Groenenberg, Ouwerkerk, Peetoom, Tulz, Terlouw, van Strien, Veninga, van der Horst, Schering, Mulder, Waterdrinker y Verkuyl. Un poco más tarde llegaron Boonstra, Douma, van der Velde, van der Sluis, Olthoff, etc. Después y paulatinamente fueron llegando muchos otros.
Página 192: En 1930 llega el pastor Bruxvoort que sirve hasta 1935. En las páginas subsiguientes podemos ver que en el año 1937 llega el pastor Jerry Pott que pastoreara hasta 1950.
En 1938 un grupo de agricultores holandeses funda la cooperativa Alfa. En el año 1939 llega el maestro C.L.F. Slebos para hacerse cargo del Colegio Holandés (lo haría hasta su fallecimiento el 20 de enero de 1978).
En 1943 se inaugura el nuevo templo (el actual) de la Iglesia Reformada en Maipú 475. Desde 1945 hasta 1948 trabaja como pastor asistente D. Bergsma.
En 1947 se inaugura la sede propia de la Cooperativa Alfa en Saavedra y Maipú.
En 1950 llega a Tres Arroyos el primer pastor nacional Juan L. van der Velde, quien servirá en esta congregación hasta 1971.
Entre los años 1960 y 1961 se abre una nueva obra, la capilla, en otro barrio de la ciudad, que más tarde se independizó. Sirvieron allí los pastores norteamericanos E. Meyer de 1960 a 1970 y J. Yipping de 1970 a 1972. Luego fue atendida por pastores nacionales Reyes, Zijlstra, Maly, etc. y/o los propios miembros.
En 1970 se inaugura, el 10 de noviembre, el templo en Claromecó; antes había estado en la chacra de Cornelio van Strien. Y con mayor anterioridad (desde 1939 creo) se reunían en distintas chacras, atendidos los cultos por los propios miembros o por pastores de Tres Arroyos, hasta que tuvo como pastor exclusivo a Gerk Oberman desde 1968 hasta 1971.
Desde el año 1971 hasta 1977 Gerk Oberman es pastor en Tres Arroyos y Claromecó.
En 1977 lo reemplaza el pastor P.W. Millenaar, que pastorea nuestra iglesia hasta 1995.
Luego ya la historia más reciente nos dice que desde el 1º de abril de 1996 hasta hoy sirve en la iglesia de Maipú 475 y en Claromecó el pastor Roberto Jordan.
En agosto de 2002 se inaugura el Hogar El Atardecer en conjunto con la Iglesia Luterana de Tres Arroyos.
Otros acontecimientos importantes fueron:
- En abril de 1951 nuestra colectividad y nuestra ciudad toda recibieron la visita del príncipe Bernardo de Holanda, esposo de la reina Juliana. Creo que por ese tiempo fue creado el viceconsulado holandés en Tres Arroyos que estuvo a cargo de Juan Verkuyl hasta su fallecimiento en febrero de 1959. Luego fue designado vicecónsul Gerardo Kraan hasta 1977. Y desde entonces se desempeñó como vicecónsul Ida van Mastrigt hasta 1998; en ese año fue promovido a consulado, por lo tanto desde entonces Ida es la cónsul en Tres Arroyos hasta hoy.
- En marzo de 2006 recibimos la visita de la reina Beatriz junto a su hijo el príncipe Alexander y la princesa Máxima.
Estos son sólo algunos jalones en la vida de la colectividad y de la iglesia. Hay muchos más acontecimientos y fechas importantes para recordar, pero no por ello las personas nombradas son las más o menos importantes, ya que cada día, y en cada familia muchos se han destacado y se destacan en sus actividades, sus empresas, empleos, crianza y educación de sus hijos, etc.
Creo que si existiera alguna manera de hacer una estadística de lo ocurrido en estos 120 años entre los inmigrantes holandeses y todos sus descendientes, como por ejemplo ¿cuántas toneladas de alimentos para el mundo han producido? Millones de toneladas de cereal, oleaginosas, carne, pollos, huevos. Millones de litros de leche, crema, yogur, dulce de leche, quesos. Cuánto se ha producido en talleres, fábricas, empresas. Cuánto han hecho empleados, obreros, amas de casa, maestros. Muchos han dado ejemplos de ética, honestidad, honradez, honorabilidad, dedicación y trabajo fecundo al desempeñarse en sus propias actividades pero además también en distintas entidades, organizaciones, comisiones. Y sin hacer ostentación.
Cuántas bendiciones hemos recibido en lo personal, congregacional, y para la región y el país todo. En estos 120 años ¿cuántos han conocido el Evangelio y han escuchado la Palabra de Dios? Miles en las iglesias, miles en nuestro colegio, en escuelitas dominicales, miles la han recibido de madres, padres, abuelos. ¿Cuántos aún pueden recibir la buena nueva y seguir sembrando la buena semilla? Matrimonios jóvenes, para ustedes es el desafío, para ustedes jóvenes, para ustedes chicos: no defraudemos a nuestros mayores, no defraudemos a nuestro Maestro. ¡Con su ayuda y bendición podemos! ¡A no aflojar!
Que todos empresarios, empleadores, empleados, obreros, médicos, enfermeras, maestros, estudiantes, trabajadores en todos los renglones, desde los más humildes hasta los de puestos y posiciones más encumbrados, honremos a nuestro Señor dando siempre de nosotros lo mejor y éste será el mejor homenaje. Así seguiremos haciendo grande a nuestro país, a nuestra ciudad, nuestro terruño y a nuestra familia toda. ¡Feliz 120 aniversario!

sábado, 13 de febrero de 2010

Hace 120 años llegaron los primeros inmigrantes holandeses

En este aniversario quería recordar y de alguna manera homenajear a nuestros abuelos que llegaron hace 120 años a la Argentina, más precisamente a la zona de Micaela Cascallares (Tres Arroyos) y con ella vaya también el reconocimiento a los padres, abuelos, bisabuelos de muchos que hoy integran nuestras iglesias, Colegio Holandés, Cooperativa Alfa, Hogar El Atardecer, y otras instituciones; y también a nuestros padres, que vinieron más de 30 años después y a otros que inmigraron más tarde, pero que de una u otra manera han integrado nuestra comunidad y han entregado su fuerza, conocimientos, sudor y lágrimas en pos del bienestar general y que apoyados por su fe han dejado buen rastro.
Según el libro sobre la historia de la inmigración holandesa en la Argentina y los orígenes del movimiento reformado, editado por el pastor Gerardo C.C. Oberman, a partir de la página 183 vemos que en los años 1889 y 1890 arribaron 249 inmigrantes holandeses y belgas, (40 familias) a la zona de Tres Arroyos y Micaela Cascallares (entre ellos mis abuelos maternos y los de mi esposa) y que en algunos hogares se reunían para compartir la lectura de la Biblia. Algunos apellidos eran: Banninga, Blom, Dekker, De Vries, Ebbens, Eveleens, Hemkes, Jansen, Kalle, Kerkhoff, Klink, Kloosterman, Knollinger, Minaar, Lehman, Noordermeer, Otto, Pluis, Smid, van Dam, van der Molen, van Dijk, van der Ploeg, van Waarde, Verdonschot, Visbeek, Wisse, Zijlstra, Zwadig.
En la página 185: en 1905-1906 algunas familias holandesas de esa primera inmigración comienzan a reunirse en hogares en la zona de San Cayetano.
El 27 de abril de 1908 se instituye la Iglesia Reformada en Tres Arroyos con sólo 17 miembros (en el año 2008 celebramos los primeros 100 años).
Página 186: en 1910 llega al país el pastor A. C. Sonneveld, que pastoreó nuestras iglesias en distintos partes del país (padre de nuestra convecina Corrie S. de Verkuyl, fallecida en 2009 a los 100 años de edad).
Página 187: en 1913 llega a Tres Arroyos el maestro, que luego también sería pastor, Sjouke Rijper. Este maestro abre la escuela holandesa el 13 de marzo de 1913 (pronto se cumplirán 100 años); ya anteriormente a esto, en la chacra de don Diego Zijlstra, su esposa Adelaida dictaba clases al vecindario.
Página 189: en el año 1923 comienza a llegar una nueva oleada de inmigrantes holandeses (entre ellos mi padre Juan Ouwerkerk). De ese grupo recordamos a los apellidos Bruines, Bakker, Groenenberg, Ouwerkerk, Peetoom, Tulz, Terlouw, van Strien, Veninga, van der Horst, Schering, Mulder, Waterdrinker y Verkuyl. Un poco más tarde llegaron Boonstra, Douma, van der Velde, van der Sluis, Olthoff, etc. Después y paulatinamente fueron llegando muchos otros.
Página 192: En 1930 llega el pastor Bruxvoort que sirve hasta 1935. En las páginas subsiguientes podemos ver que en el año 1937 llega el pastor Jerry Pott que pastoreara hasta 1950.
En 1938 un grupo de agricultores holandeses funda la cooperativa Alfa. En el año 1939 llega el maestro C.L.F. Slebos para hacerse cargo del Colegio Holandés (lo haría hasta su fallecimiento el 20 de enero de 1978).
En 1943 se inaugura el nuevo templo (el actual) de la Iglesia Reformada en Maipú 475. Desde 1945 hasta 1948 trabaja como pastor asistente D. Bergsma.
En 1947 se inaugura la sede propia de la Cooperativa Alfa en Saavedra y Maipú.
En 1950 llega a Tres Arroyos el primer pastor nacional Juan L. van der Velde, quien servirá en esta congregación hasta 1971.
Entre los años 1960 y 1961 se abre una nueva obra, la capilla, en otro barrio de la ciudad, que más tarde se independizó. Sirvieron allí los pastores norteamericanos E. Meyer de 1960 a 1970 y J. Yipping de 1970 a 1972. Luego fue atendida por pastores nacionales Reyes, Zijlstra, Maly, etc. y/o los propios miembros.
En 1970 se inaugura, el 10 de noviembre, el templo en Claromecó; antes había estado en la chacra de Cornelio van Strien. Y con mayor anterioridad (desde 1939 creo) se reunían en distintas chacras, atendidos los cultos por los propios miembros o por pastores de Tres Arroyos, hasta que tuvo como pastor exclusivo a Gerk Oberman desde 1968 hasta 1971.
Desde el año 1971 hasta 1977 Gerk Oberman es pastor en Tres Arroyos y Claromecó.
En 1977 lo reemplaza el pastor P.W. Millenaar, que pastorea nuestra iglesia hasta 1995.
Luego ya la historia más reciente nos dice que desde el 1º de abril de 1996 hasta hoy sirve en la iglesia de Maipú 475 y en Claromecó el pastor Roberto Jordan.
En agosto de 2002 se inaugura el Hogar El Atardecer en conjunto con la Iglesia Luterana de Tres Arroyos.
Otros acontecimientos importantes fueron:
- En abril de 1951 nuestra colectividad y nuestra ciudad toda recibieron la visita del príncipe Bernardo de Holanda, esposo de la reina Juliana. Creo que por ese tiempo fue creado el viceconsulado holandés en Tres Arroyos que estuvo a cargo de Juan Verkuyl hasta su fallecimiento en febrero de 1959. Luego fue designado vicecónsul Gerardo Kraan hasta 1977. Y desde entonces se desempeñó como vicecónsul Ida van Mastrigt hasta 1998; en ese año fue promovido a consulado, por lo tanto desde entonces Ida es la cónsul en Tres Arroyos hasta hoy.
- En marzo de 2006 recibimos la visita de la reina Beatriz junto a su hijo el príncipe Alexander y la princesa Máxima.
Estos son sólo algunos jalones en la vida de la colectividad y de la iglesia. Hay muchos más acontecimientos y fechas importantes para recordar, pero no por ello las personas nombradas son las más o menos importantes, ya que cada día, y en cada familia muchos se han destacado y se destacan en sus actividades, sus empresas, empleos, crianza y educación de sus hijos, etc.
Creo que si existiera alguna manera de hacer una estadística de lo ocurrido en estos 120 años entre los inmigrantes holandeses y todos sus descendientes, como por ejemplo ¿cuántas toneladas de alimentos para el mundo han producido? Millones de toneladas de cereal, oleaginosas, carne, pollos, huevos. Millones de litros de leche, crema, yogur, dulce de leche, quesos. Cuánto se ha producido en talleres, fábricas, empresas. Cuánto han hecho empleados, obreros, amas de casa, maestros. Muchos han dado ejemplos de ética, honestidad, honradez, honorabilidad, dedicación y trabajo fecundo al desempeñarse en sus propias actividades pero además también en distintas entidades, organizaciones, comisiones. Y sin hacer ostentación.
Cuántas bendiciones hemos recibido en lo personal, congregacional, y para la región y el país todo. En estos 120 años ¿cuántos han conocido el Evangelio y han escuchado la Palabra de Dios? Miles en las iglesias, miles en nuestro colegio, en escuelitas dominicales, miles la han recibido de madres, padres, abuelos. ¿Cuántos aún pueden recibir la buena nueva y seguir sembrando la buena semilla? Matrimonios jóvenes, para ustedes es el desafío, para ustedes jóvenes, para ustedes chicos: no defraudemos a nuestros mayores, no defraudemos a nuestro Maestro. ¡Con su ayuda y bendición podemos! ¡A no aflojar!
Que todos empresarios, empleadores, empleados, obreros, médicos, enfermeras, maestros, estudiantes, trabajadores en todos los renglones, desde los más humildes hasta los de puestos y posiciones más encumbrados, honremos a nuestro Señor dando siempre de nosotros lo mejor y éste será el mejor homenaje. Así seguiremos haciendo grande a nuestro país, a nuestra ciudad, nuestro terruño y a nuestra familia toda. ¡Feliz 120 aniversario!


Escribe Pedro Ouwerkerk
www.lavozdelpueblo.com.ar

Tesis de Stephanie van Strien

Recientemente encontré en internet una nueva investigación sobre la inmigración holandesa en Argentina. Esta vez es de Stephanie van Strien, una estudiante holandesa de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Utrecht.

El título de la tesis es LA INMIGRACIÓN HOLANDESA, Una impresión de la conservación cultural y su identidad nacional.

En las poco más de 100 páginas del trabajo, se cita innumerables veces los datos de la investigación que realizamos ya hace casi 20 años, de la cual nacieron la tesis de grado y luego el libro Antiquum Peractum Sit. Esto demuestra una vez más la pertinencia de ese trabajo y su relevancia actual.

Lastimosamente, la falta de interés de organismos y entidades tanto en Holanda como en Argentina en cooperar con una investigación más profunda, no permiten avanzar en una reactualización y ampliación de aquel trabajo de investigación.

El link de esta nueva tesis es: http://74.125.47.132/search?q=cache:ZRZBArmJaNEJ:igitur-archive.library.uu.nl/student-theses/2009-0401-200605/scriptie%2520S.T.M.%2520van%2520Strijen.pdf+inmigraci%C3%B3n+holandesa+oberman&cd=12&hl=es&ct=clnk&gl=ar

Ojalá otras personas puedan avanzar, con el apoyo necesario, en más tesis y escritos sobre este fascinante asunto.

Gerardo Oberman

jueves, 4 de febrero de 2010

Tante Corrie fallece a los 100 años


CON 100 AÑOS, CORNELIA SONNEVELDT DE VERKUYL
ES LA HOLANDESA MAS ANTIGUA DE TRES ARROYOS

Palabras mayores

Tenía apenas un año cuando llegó a la Argentina en barco junto a su padre pastor y su madre ama de casa. Hoy, con 100 recién cumplidos, Corrie Sonneveldt es la holandesa más antigua de Tres Arroyos. Esta mujer centenaria, que recuerda con precisión fechas, nombres y viajes, se brindó lúcida y divertida a un diálogo exquisito con "El Periodista". Un siglo, una vida, un crónica imperdible

Doña Corrie sonríe cuando recuerda sus tardes de tenis con amigas, el nacimiento de sus seis hijos, los abrazos de sus ocho nietos y bisnietos, los paisajes de Holanda, las enseñanzas de su padre maestro y pastor. Y aunque todas las remembranzas humanas remiten a la juventud, a la alegría de la maternidad, al calor y la seguridad del vínculo paterno-filial, los recuerdos de Corrie son diferentes. Porque los ha ido atesorando en una existencia de cien años. ¿Y puede reproducirlos? Claro que sí. En su magnífica casa de estilo inglés, con la que cumplió un sueño de recién casada cuando todavía cocinaba para su esposo Pedro y los peones en La Federación, el campo de los Candia, compartió muchos momentos inolvidables de su vida centenaria con "El Periodista"

Historias de inmigrantes
Cornelia Adriana Sonneveldt de Verkuyl, quien cumplió el pasado 16 de mayo cien años de vida, es la holandesa más antigua de la colectividad asentada en Tres Arroyos desde fines del siglo XIX, y por eso es también testigo privilegiada de la historia de estos inmigrantes hoy profundamente arraigados a nuestra tierra pero con indisolubles lazos con su Holanda natal. Llegó a la Argentina con sus padres Antonio y Metje en 1910, cuando apenas tenía un año. Una de sus hijas alcanza una foto, y allí se la puede ver vestida de blanco, sentada sobre una butaca altísima, apenas una sonriente bebe, flanqueada por el gesto cariñoso de sus padres, de rigurosa indumentaria oscura. Fechada en Amsterdam, la imagen fue tomada antes del viaje en barco desde Holanda a la Argentina, cuando Corrie aún no tenía hermanos y el futuro era una incógnita disuelta en la inmensidad del océano.
"En ese entonces todavía no tenía hermanos. Llegamos cuando tenía un año, y nos instalamos, con mi papá que era maestro, en Buenos Aires. Mi madre era ama de casa, y tuvo cinco hijos más. Después de algunos años, nos fuimos de Buenos Aires a Comodoro Rivadavia, donde mi padre también fue maestro", recordó. Pastor de la Iglesia Reformada, Antonio Sonneveldt enseñaba a sus hijos todo lo necesario desde su propia casa, y así aprendió Cornelia sus primeras letras.
"Mi padre nos daba clases en holandés y en inglés", evocó. Según sus hijas Eva y Matilde, en casa, Corrie sigue hablando en neerlandés con parte de su familia, y hasta hace no mucho tiempo le gustaba cantar y tocar, en un antiquísimo armonio conservado de manera exquisita, canciones en inglés.
En el sur del país, donde su padre instaló a la familia para cumplir su misión pastoral con los boers, colonos holandeses en Sudáfrica que llegaron a la Argentina tras una cruenta guerra con Gran Bretaña y se instalaron en la zona de Comodoro Rivadavia, la familia de Corrie Sonneveldt vivió unos nueve años. "Después nos volvimos a Holanda", apuntó la entrevistada.

La segunda ola
"En Holanda, mi padre hablaba tan bien de la Argentina que muchos holandeses decidieron venir", aseguró Cornelia. Y esta campaña "proargentina" de Antonio le depararía a la joven Corrie el encuentro del amor.
Según cuenta Gerardo Oberman, historiador de la inmigración holandesa en el país, el pastor Sonneveldt -un hombre fundamental para el desarrollo de las Iglesias Reformadas en la Argentina-, difundió las bondades de estas tierras entre sus connacionales en un momento en que Holanda atravesaba duras condiciones económicas. Y como consecuencia de su prédica, se producía la segunda inmigración neerlandesa. "Llegaban así entre 1924 y 1925 los Bakker, Boonstra, Bruines, Douma, Groenenberg, Karraij, Mulder, Ouwerkerk, Peetdom, Shening, Terlouw, Van der Horst, Van der Sluis, Van der Velde, Van Strien, Veninga, Verkuyl y Waterdrinker, muchos de ellos procedentes de Haarlemmermeer. Estas familias se establecieron en zonas de San Cayetano, donde fueron recibidos por los descendientes de holandeses de la primera migración como la familia Zijstra y Olthoff. La llegada de estos holandeses, dio nuevo impulso a la vida de la colectividad", puntualiza Oberman, y en su nómina no pasa desapercibido el apellido Verkuyl. Entre los recién llegados estaba Pedro Verkuyl, a la sazón esposo de Corrie, quien en principio recaló como el resto en Buenos Aires, para después trasladarse a campos de la zona de San Cayetano.
"Nos conocimos en Buenos Aires, y más o menos después de un año nos pusimos de novios. Y también un año después nos casamos. Mis padres lo tomaron bien, lo quisieron enseguida. Mi primer hijo, de los seis que tuve, nació un año después", contó Cornelia.

El campo y la ciudad
Recién casada, Corrie se instaló con su esposo Pedro en el campo La Federación, que junto a otro establecimiento, La Polonia, fueron escenario del cotidiano trabajo de los holandeses que años después, en 1938, fundaron la Cooperativa Alfa. "Era un campo grande, donde había muchos holandeses que trabajaban cada uno su parte. Vivíamos en el campo, yo educaba a mis hijos, criaba pollos, cocinaba para mi familia y los peones", puntualizó. Con el paso del tiempo, por la cocina de Cornelia comenzaron a pasar, además de los platos típicos de su país, los pucheros y los guisos bien al estilo local.
Tiempo después, la familia se radicó definitivamente en Tres Arroyos, donde los hermanos Verkuyl continuaron su educación -que algunos habían iniciado en el antiguo Colegio Holandés, con la modalidad de internado-, y Cornelia pudo disfrutar de las actividades en la ciudad y del contacto fluido con sus amigas de la colectividad. "Me gustaba tejer, bordar, y trabajé para la gente de la Segunda Guerra Mundial, haciendo cosas para mandar, ropa, comida, y siempre estuve en comisiones para beneficio de la Iglesia y del colegio. Y jugaba al tenis", recordó, con una amplia sonrisa, mientras exhibía sobre su cama una blanquísima colcha hecha con sus propias manos hace 40 años. "En Huracán", destacó. La práctica de ese deporte la compartía con sus amigas, mayoritariamente mujeres de la colectividad holandesa, con las que durante mucho tiempo participó de actividades religiosas y sociales, siempre relacionadas con sus connacionales y sus descendientes.
De aquel viejo Tres Arroyos Corrie recordó los largos viajes en tren desde Buenos Aires, y los rigurosos periplos en sulky desde La Federación, cuando era necesario aprovisionarse de elementos que el campo no proveía.

Querida Holanda
La religión y las costumbres de su país natal permanecen arraigadas en la personalidad de Cornelia, tanto como el recuerdo vívido de los numerosos familiares con los que se escribió cartas durante décadas. "Les escribí siempre, y me dolió no poder hacerlo más", confió.
"El otro día, con el mismo vestido que ella usó hace cien años para bautizarse, y que fuimos usando todos los miembros de la familia, se bautizó una bisnieta", aseguró una de sus hijas a modo de ejemplo de esas fuertes tradiciones.
Para Corrie, las cartas que intercambió con sus parientes, las revistas en neerlandés que leyó a lo largo de toda su vida -siguiendo las alternativas de la vida de la reina Juliana, que era de su misma edad-, las novelas en inglés y por supuesto su lectura en castellano son, de alguna manera, el sustento de su memoria hoy envidiable. Y sobre todo los recuerdos de su querida Holanda, donde volvió todas las veces que pudo, "primero en barco, y después en avión", señaló. "Con mi hermano Antonio recién nacido y mi otro hermano con dos años, se embarcó a Holanda en una época en que los viajes en barco duraba un mes", advirtió una de sus hijas, mientras Cornelia asentía evocando aquella aventura.
Más tarde realizaría varios viajes a Holanda -donde viven algunos de sus nietos y bisnietos-, pero también a otros países, el último de ellos hace apenas 12 años. "Me gustaba mucho viajar, fui a Suiza, Alemania, Italia, Estados Unidos, Canadá", sostuvo. Sobre un mueble de su cuarto, una gran cantidad de tarjetas que llegaron de distintos lugares para sus cien años testimonia sus vínculos con familiares y amigos en cada lugar que recorrió.
"Fue muy trabajadora, y mantiene esa cultura del trabajo muy presente. Siempre nos dice 'hay que trabajar', no estar sin hacer nada. Y fue siempre muy holandesa, a pesar de tener solamente un año cuando vino a la Argentina, aunque después volvió siendo adolescente y le gustó mucho", advirtió una de sus hijas. Es que como buena parte de su familia, Cornelia contribuyó a cimentar junto a otras familias de inmigrantes las instituciones más importantes de la colectividad en Tres Arroyos manteniendo viva la cultura y las costumbres de su tierra natal. "Hubo que trabajar mucho", concluyó con una nueva sonrisa. La cosecha: el enorme cariño de todos los suyos, que la acompañaron en el festejo doble de su cumpleaños y que hoy, para su alegría, le demuestran con abrazos y besos que quieren tenerla consigo muchos años más.

LA CASA DE CORRIE, EN ALVEAR Y PELLEGRINI

Inglesa y con nombre quichua

"Un ingeniero del ferrocarril inglés construyó esta casa, y le puso un nombre quichua, que significa casa hermosa, y mi papá, que debe haberla visto muchas veces, finalmente la pudo comprar y cumplirle el sueño a mamá, que siempre había querido vivir en una propiedad que tuviera las habitaciones arriba, como se acostumbra en Holanda", contó Matilde, hija de Cornelia, a este periódico.
La casa de Alvear y Pellegrini, enclavada en medio de un maravilloso jardín en el que no faltan los molinos típicos, mantiene intacto el estilo inglés de la época, y desde hace 52 años, Corrie vive allí y descansa, por supuesto, en una de las habitaciones de la planta alta. Amante de la jardinería, el bello predio que rodea a la vivienda fue cuidado durante muchos años por ella misma y su esposo Pedro.
Tanto en su habitación como en el resto de la casa se mezclan las fotos actuales de la familia con las más antiguas. Entre las primeras, sobresale una hermosa expresión de la dueña de casa con una de sus bisnietas sentada sobre su falda. Una beba que aparenta la misma edad que ella tenía en la imagen que la retrataba junto a sus padres antes de dejar Holanda; entre las segundas, la imagen de su padre, el pastor Antonio Sonneveldt, dictando una conferencia mientras sostiene una boleadora indígena de piedra entre sus manos.
"Ella nos pidió vivir toda su vida en esta casa. Y lo estamos cumpliendo", dijo Eva Verkuyl a "El Periodista", mientras exhibía con orgullo el antiguo armonio en cuyo derredor la familia completa se juntaba para cantar canciones típicas holandesas, pero también negro spirituals e himnos religiosos.

Tomdado de:
http://www.elperiodista3a.com.ar/sitioanterior/jun09/nota3.htm