sábado, 16 de junio de 2012

El viaje de Ida


UNA ESCRITORA HOLANDESA ESCRIBIO UN LIBRO SOBRE IDA VAN MASTRIGT

El viaje de Ida

La autora neerlandesa Carolijn Visser escribió un libro sobre la cónsul de Holanda en Tres Arroyos, Ida Van Mastrigt. La obra, que lleva por título “Atardeceres argentinos”, se presentó el pasado 31 de mayo en Amsterdam. Además, el 10 del corriente mes la diplomática tresarroyense se reunirá con la Reina Beatriz, en una ceremonia en el Palacio Real. Exclusivo de “El Periodista”
Junio 2012
¿Cuántas veces habrá contado Ida van Mastrigt su historia, y cuántas habrá escuchado la misma frase: es para escribir un libro? De todas esas oportunidades en que relató los viajes interminables, una infancia con dificultades, el desarraigo, la sombra de la guerra, una finalmente se materializó en una publicación que vio la luz el pasado 31 de mayo en Holanda. Allí, además, podrá estrechar nuevamente, el 10 de junio, la mano de la Reina Beatriz, que la recibirá junto a otros cónsules en una reunión especial en Amsterdam.
Según contó Ida a “El Periodista”, la escritora neerlandesa Carolijn Visser escribió una novela titulada “Atardeceres argentinos” que cuenta, especialmente, el periplo en bicicleta de Marinus Van Mastrigt desde Holanda a Indonesia, camino que luego, a la inversa, recorrería su pequeña hija Ida con su hermana; luego el viaje de ambas a la Argentina, donde se radicarían, y a través de las experiencias de la cónsul holandesa en esta ciudad, retrata de alguna manera la vida de una colectividad arraigada a esta tierra pero con profundas lazos con su propio país. “Como todos los holandeses que vienen a la Argentina, y saben de la existencia de una colonia tan importante aquí, la escritora pasó por primera vez por Tres Arroyos, y tomando un café, empecé a contarle mi historia, mi nacimiento en la Isla de Java, Indonesia, el lugar hasta donde mi padre se fue en bicicleta desde Holanda; y después de hablar, hablar, hablar, ella me dijo ‘voy a escribir tu historia’. Esto fue hace unos siete años, antes de la visita de la Reina. Y yo pude mostrarle, y por supuesto mandarle, todo lo que está escrito sobre esta historia nuestra, que es el material sobre el que ella pudo ir armando su libro”, recordó la diplomática.
El relato de Visser, autora de más de 20 volúmenes que documentan sus viajes por distintos lugares del mundo y también obras de ficción, comienza con la salida de Marinus Van Mastrigt desde Holanda, el 26 de noviembre de 1937, dato que figura en el pasaporte que Ida conserva, junto a kilos de cartas que el hombre fue escribiendo a lo largo de su extenso periplo que incluyó Alemania, Austria, Hungría, Yugoslavia, Bulgaria, la India, Singapur, entre otros. “Además, en esta libreta, mi padre iba anotando desde qué fecha hasta qué fecha estaba en cada país, así que esto fue fundamental para la autora, porque están todos los datos ahí. El vivía en Rotterdam, con sus padres que tenían un almacén. Eran seis hermanos. El se recibió de ingeniero civil y su ilusión era vivir en Indonesia, que era colonia holandesa, y la verdad es que en su país no tenía trabajo. Pero mi abuelo le dijo que no podía pagarle el pasaje, la situación luego de la Primera Guerra era difícil, había que mantener a los demás hijos, y él agarró la bici, con una bolsa de dormir hecha por una amiga, y se fue. Y de cada lugar escribía cartas, que conservó hasta su muerte, y que yo envié a Carolijn –fueron como tres kilos-, para que pudiera utilizarlas en su libro”, describió Ida.

Casi de ficción

Pero “Atardeceres argentinos” no cuenta sólo la historia de Marinus y sus dos hijas, sino que, como la propia autora lo presenta en su página web (www.carolijnvisser.nl), constituye “un homenaje a las generaciones de holandeses que construyeron una nueva vida en un mundo desconocido”. Para mostrar en qué condiciones y con qué particularidades se fueron cimentando esas historias, la escritora holandesa visitó Tres Arroyos en varias oportunidades más, entrevistó a otros inmigrantes y también siguió investigando en su Holanda natal. “Es que ella decide contar mi historia, pero sin dejar de lado dónde vine y con quiénes estuve, quiénes me recibieron…Ella tenía que poner mi vida en tiempo y espacio. Por eso pasó tres meses en Claromecó, se encontró con mucha gente de la colectividad, y hasta vino nuevamente para la visita de la Reina. Entonces me dijo que el libro finalizaría con esa visita, y así fue. Además, entrevistó a mucha gente de acá en Holanda, y también a un hermano de mi papá, a una hermana de mi mamá, a una media hermana mía…Y yo misma la he visitado varias veces”, señaló.
Al mismo tiempo, el texto da cuenta de las vivencias que dieron origen a la familia de Ida, que se remontan a un período complicado en la vida de su padre, enfermo de malaria en Singapur, donde se produjo el reencuentro con quien a la sazón sería la madre de la diplomática tresarroyense. “Hay una carta de un pastor, o un cónsul, que pide que alguien de la familia fuera a cuidar de mi padre, pero mis abuelos estaban con sus hijos pequeños, era imposible para ellos viajar, por eso mandaron a una amiga de él. Cuando él se curó, cruzaron en un barco a Indonesia, se casaron, en 1939 nací yo, 11 meses después mi hermana, y en el 42 se declaró la Segunda Guerra y mi padre terminó peleando en Japón, donde llegó a estar en un campo de concentración. Aquí hay una carta de él desde ese lugar –Ida mostró el texto, enmarcado-, y como en el resto de sus cartas no hay fantasía, es todo realidad. Como en mi propia vida, y lo raro es que esta escritora haya decidido contarla mientras vivo, y no pos mortem, como la mayoría de las biografías”, consideró Van Mastrigt.
Otro momento clave del relato remite a los viajes que, primero desde Indonesia a Holanda, y luego de allí a la Argentina, hicieron absolutamente solas y siendo apenas niñas, Ida y su hermana. “Mi historia se puede resumir en esos diez años en que nací en Asia, viví en Europa y llegué a América. Y siempre viajando sola. Yo tenía 6 años y mi hermana 5, dormíamos en una hamaca paraguaya en el barco, en el que mi padre nos había dejado, supuestamente al cuidado de una mujer que realmente no se quién era, porque nunca la vi. La autora escribió a la Cruz Roja y supo en qué barco vinimos, las fechas de salida y de llegada, y hasta el nombre del campo de concentración en el que estuvo mi padre. No tengo casi recuerdos de Indonesia, mi memoria empieza en el barco, y por supuesto en la llegada a Holanda, cuando nos dejaron como si fuéramos paquetes, a las 11 y media de la noche, en la casa de nuestros abuelos. Recién en el 48 mi padre pudo venir a la Argentina, con un contrato de trabajo que le consiguió el padre del pastor Millenaar, y nosotros quedamos con los abuelos. Tiempo después nos mandaron a la Argentina también a nosotras, en un avión, cuando yo tenía 10 años y mi hermana 9. Mi padre nos trajo acá, al Colegio Holandés, como pupilas, mientras seguía viviendo en Quilmes, y yo lloré como loca por ese desarraigo, aunque por suerte en esa época todo el mundo hablaba holandés. Después volví a Buenos Aires, donde estuve en San Miguel, en Florencio Varela…Y tantos viajes me privaron de tener amigos del colegio, porque empecé en Holanda, seguí acá en Tres Arroyos y después terminé en Buenos Aires. Fue difícil”, admitió Ida, conmovida.
Afortunadamente, el proceso de escritura de “Atardeceres argentinos” le permitió, como contrapartida a la dura historia que le tocó reconstruir, dar origen a una amistad entre la cónsul y la autora, que no deja de conmover a la protagonista de la historia. “Nos hicimos como hermanas, al punto que cuando yo voy a Holanda, me quedo en su casa; en agradecimiento, un año me invitó a Berlín; un año después, a Budapest y a Rumania, y la verdad es que, acostumbrada como está a recorrer el mundo, es una gran organizadora de viajes. De hecho voy a estar en su casa ahora durante este nuevo viaje”, contó.

En Holanda

“Atardeceres argentinos” se presentaba al cierre de esta edición de “El Periodista”, el pasado 31 de mayo, en el antiguo edificio que ocupa la editorial que lo publicó, allí en Amsterdam, y con la presencia de más de un centenar de invitados. Fueron convocados, según describió Ida Van Mastrigt, “mucha gente de acá que vive en Holanda, ex embajadores, cancilleres, con quienes quedé conectada después de 35 años de cónsul; hasta un matrimonio holandés que encontramos en Ezeiza en mi último viaje, que prácticamente no hablaban español, y los llevamos hasta el hotel. Ellos también pasaron por Tres Arroyos, y fueron invitados a la presentación”, destacó la entrevistada.
Mientras que para el 10 de junio está anunciado el inicio de un importante encuentro de cónsules holandeses en el mundo, del que participará la Reina Beatriz, y al que está invitada la diplomática tresarroyense junto a buena parte de los 340 representantes de los Países Bajos en distintos puntos del mundo. “A las 5 de la tarde del día 10 comienza la recepción en el Palacio, en Amsterdam, en la que estará la Reina, además de Máxima y el ministro de Relaciones Exteriores. Los tres saludan personalmente a todos los invitados, y luego comienzan las actividades previstas, que nosotros recibimos con anticipación en un temario que nos envían. Es muy lindo poder compartir estos momentos, aunque no es la primera vez, porque cuando la Reina vino a Tres Arroyos, el 31 de marzo, nosotros teníamos la reunión de cónsules el 31 de mayo en Holanda. Entonces, cuando entré al Palacio a darle la mano, me reconoció, y fue tanta la emoción que me produjo que tuve que disimular para no llorar. Luego de aquel viaje, yo le mandé fotos, y me enviaron una carta agradeciéndome; ahora, seguramente llevaré un libro”, comentó Ida.
La actividad consular se extenderá por tres días, en los que además de abordar temas vinculados a la nacionalidad, legislación, entre otros, se compartirá una cena de gala –el 11 de junio-, a la que los representantes diplomáticos podrán asistir con un acompañante. “Será la cuarta vez que me reúna con la Reina. Y la verdad es que siempre me emociona”, confió Ida Van Mastrigt, que además podrá entregarle en mano nada menos que su propia historia.
Nota tomada de: http://www.elperiodista3a.com.ar/nota-edpapel.php?lugar=131

(ver algunas fotos allí)

Información original sobre el libro de Carolijn Visser aquí:
http://www.carolijnvisser.nl/result_titel.asp?Id=3319
(en holandés)

jueves, 26 de enero de 2012

Tesis de Stephanie van Strijen

Pueden acceder a un nuevo estudio sobre la relación de los holandeses radicados en Argentina con su tierra de origen, no solamente en la primera o segunda generación sino en las subsiguientes.

Hemos acompañado parte de la investigación de Stephanie y nos alegra mucho saber que ya vio la luz.

Disfruten la lectura.

http://igitur-archive.library.uu.nl/student-theses/2009-0401-200605/scriptie%20S.T.M.%20van%20Strijen.pdf

Gerardo Oberman